Hace unos veintiún años un joven programador de videojuegos, Jordan Mechner, creó en el garaje de su casa a uno de los videojuegos más vendidos del mundo: El príncipe de Persia. Años después, tras la aparición de una versión renovada de Prince of Persia: Las arenas del tiempo, el agudo Jerry Bruckheimer compró los derechos para el cine.
Pero todo eso fue entre 2003 y 2004; ahora nos llega el resultado de todos estos años de trabajo. Para la dirección de la película, el productor de la franquicia Piratas del Caribe encargó el puesto de director a Mike Newel. A pesar de que el realizador británico es más conocido por comedias como Cuatro bodas y un funeral, no es un lego en las películas de acción: En el año 2005 ya dirigió Harry Potter y el cáliz de fuego, una película que contenía grandes dosis de acción y efectos especiales.
Para el papel protagonista han contado con la interpretación de Jake Gyllenhaal, conocido actor por su interpretación en Brokeback Mountain o Donnie Darko. Gyllenhaal interpreta al príncipe Dastan que se unirá a la bella princesa Tamina para proteger una misteriosa daga de las manos de un malvado villano que pretende dominar el mundo.
La película costó unos doscientos millones de dólares, cifra nada desdeñable. Y a pesar de ello, parecía un telefilme de esos que ponen a las cuatro de la tarde en la televisión. No sé en qué se habrán gastado el dinero; bien en el duro entrenamiento de Jake Gyllenhaal o quizás en la creación de las arenas del tiempo. Aún así, me parece que eso en conjunto no cuesta 200 millones.
Al contrario que en Piratas del Caribe, la narración es muy rápida; yo diría que demasiado. Es un recorido vertiginoso, un laberinto en el que te pierdes en cada esquina. Da muchas vueltas para llegar al mismo sitio, y eso llega a aburrir.
Sin duda, lo mejor de la película es la interpretación de Jake Gyllenhaal. El resto no llama en absoluto la atención. De hecho, el poco entusiasmo del público y de la crítica han hecho que la película no tenga los resultados esperados en taquilla. Por ahora no ha logrado alcanzar lo que le costó y, supuestamente, para que sea rentable las ganancias tienen que doblar al presupuesto. De momento, le queda un buen rato.
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