sábado, 16 de octubre de 2010

THE LION KING: THE LONDON PRODUCTION.

En el Lyceum Theatre, una sala ubicada en pleno corazón de Londres, se representa The Lion King desde el año 1999 – vamos,tiene la misma edad que el restaurante Cañas y Tapas. Un domingo del mes de septiembre, cuando aún estaba en época estival, tuve la oportunidad de asistir a verlo. Eran las tres de la tarde y la sala estaba llena; sí, a una hora tan intempestiva para ver un musical la sala estaba llena. Una buena señal y una prueba más de que los ingleses siguen haciendo oídos sordos a los beneficios que tiene echarse una siesta. Yo soy como ellos, que conste, porque tampoco duermo la siesta.
Las entradas para un musical en Londres son caras, así que si vas no te esperas a encontrar unos precios de risa. No te dejes engañar por los grandes descuentos que hay en las tiendas de venta de entradas con descuento, nunca les quedan las de precio reducido y muchas veces el precio es más caro que en taquilla; yo siempre opto por comprar las entradas en el teatro.La butaca dónde me senté para ver el musical estaba muy bien, al menos yo pensé que íbamos a estar más lejos del escenario. En realidad, no tuvimos más remedio que escoger eras: Eran las más baratas que había dentro de los asientos que estaban libres. No hay mal que por bien no venga, como quien dice.
La recreación de los personajes de la majestuosa sabana africana es el aspecto más original del show. Para ello se han ayudado de marionetas, máscaras y el fantástico decorado; el resultado espectacular. Julie Taymor, directora de la versión de Broadway (la primera que se estrenó, y el modelo del resto de versiones), explica que la historia que cuenta el musical presenta una historia con animales con cualidades muy humanas. Esta es la razón por la que decidió que las máscaras y marionetas no ocultaran a los actores; de esta manera se podría reflejar al mismo tiempo los dos lados de los personajes, el humano y el animal. Esto me parece una gran idea porque cuando voy al teatro me gusta ver los rostros de los actores y actrices. Además, han conseguido que me crea que un niño y una niña son en realidad unos jóvenes cachorros de león. Las más graciosas, por cierto, son las girafas: Parecían que estaban viejas y llevaban bastones.
Las canciones y la mayoría de los diálogos son exactamente los mismos que los de la película, aunque también se han incluido escenas nunca vistas en la versión cinematográfica. Todos los actores y actrices cantan muy bien, de eso no hay duda; Circle of life y I just can’t wait to be King fueron los números musicales que más me gustaron y, más concretamente, la segunda. Todos los actores que estaban en escena aquel día (y digo esto porque rotan y es difícil saber quién está exactamente en el escenario) estuvieron magníficos. Me llevo un buen recuerdo especialmente de Simba y Nala de pequeños, Zazú, Timón y Pumba. ¡Un fuerte aplauso para todos ellos!
No me arrepiento en absoluto de haber ido, me encantó. Hacía mucho tiempo que no veía un musical como ese, me gustó mucho. Y lo sé a ciencia cierta porque si escucho muchas veces la banda sonora de un musical significa que me ha gustado, y eso no me pasaba desde hacía mucho tiempo. No es mi favorito, ni mucho menos, pero si tienes ganas de ver un musical este no te lo puedes perder. A mí me gustó más que The Phantom of the Opera ( el otro musical que he ido a ver a Londres), aunque también hay que decir que del otro me perdí la mitad de los diálogos porque no los entendía, que veía a los actores como hormigas y que las butacas eran asquerosamente incómodas. En definitiva, que no te lo pierdas: Un musical que sigue fresco después de más de diez años de representación ininterrumpida. ¡Sin duda, es uno de los reyes del West End!

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