sábado, 26 de diciembre de 2009

"AVATAR" DE JAMES CAMERON


James Cameron dirigió en el año 1997 la película más taquillera de todos los tiempos: Titanic. En este filme se unían dos conceptos que han sido claves para el éxito de la cinta: Unos grandes efectos especiales y una historia de amor imposible.
En su nuevo trabajo detrás de la cámara, el director americano ha presentado una película que ha tenido que esperar años en su cajón hasta hoy debido a que sólo con la tecnología actual ha sido posible realizar este ambicioso proyecto. Una historia de amor y los mejores escenarios recreados a ordenador que he visto, además de que el 3D está muy bien conseguido.
Avatar tiene como protagonista a Jacke Sully, un ex-marine que se encuentra confinado en una silla de ruedas. Sully es reclutado para sustituir a su hermano en una peligrosa misión en el planeta Pandora, dónde hay una expedición terrícola para extraer un material muy valioso para superar la crisis energética que asola la Tierra en el siglo XXII. Para extraer ese mineral, los científicos han creado una réplica (llamada avatar) de los Na'vi - habitantes del planeta- para que un humano se pueda meter literalmente en la piel de uno de ellos con el objetivo de mediar con ellos. Para ganarse su confianza el joven deberá superar una serie de pruebas que hacen que estreche lazos con una de sus habitantes. Este vínculo que se crea entre él y el pueblo amatomaya se hará más fuerte cuando los militares pasan a la acción, y es ahí dónde están los efectos especiales más espectaculares.
Avatar, a pesar de sus grandes efectos especiales, no es una buena película. El suspense brilla por su ausencia, los personajes son auténticos clichés, es demasiado larga y verdaderamente sales del cine con la sensación de haber visto ya esa película antes. De hecho, había en algunos momentos que he sabía los diálogos. Sin embargo, la película es entretenida aunque le sobran minutos por todos lados.

Respecto al elenco artístico no encontramos ninguna interpretación destacable. Se limitan simplemente a decir sus líneas gesticulando ligeramente la cara, dando poca profundidad a unos personajes que ya habíamos conocido en otros filmes. Sigourney Weaver, de la que se espera una buena interpretación, no destaca prácticamente en el filme. No he visto la película en su versión original, pero al menos a mí su interpretación me pareció bastante sosa. El resto del reparto es igual de monótono, que es normal en estos filmes. Debe ser muy complicado estar pendiente de todo lo que te indican los responsables de las escenas de riesgo y a la vez una interpretación decente, pero no entiendo cómo ponen en la película más cara de la historia unos actores con tan poca gracia.
Hablamos de otra cosa cuando tocamos el apartado técnico de la película. La factura de los decorados realizados a ordenador, e incluso los personajes, son efectistas y grandilocuentes . En ningún momento tengo la sensación de ver una película prácticamente a ordenador, y al verlo en 3D impresiona. Por esa razón, recomiendo encarecidamente verla en 3D porque en el formato tradicional no interesa porque no es la versión que concibió el director, y sobre todo porque al menos encontrarás una diferencia aún mayor con otras películas del género.
La última película de James Cameron, a pesar de ser la más cara de la historia, pretende conquistar ojos pero no mentes. Lo único interesante es el 3D y el ámbito técnico, el resto está muy muy visto. La recomiendo ver, pero no esperéis ver un nuevo Titanic.

2 comentarios:

Miqui Brightside dijo...

me han dicho que es increíiiiible

Miguel dijo...

Si no piensa que es más de lo mismo en el argumento, o sea, indigenismo y ecologismo de adorno para una pélicula bélica para familias, te sorprenderá. La fotografía es flipante.