La Semana Santa. Me encanta la Semana Santa. ¿Sabes por qué? Por las vacaciones. Seguro que si Benedicto XVI me oyera decir esto diría << si Juan Pablo levantara la cabeza…>> Es la verdad. Cuando pienso en la Semana Santa lo primero que me viene a la mente es un pequeño descanso para contrarrestar el cansancio del día a día en clase.
Este año he pasado parte de la Semana Santa en Castilla y León. Fui a Zamora pero visitamos también León, Toro y Tordesillas. Visité varias iglesias y dos catedrales que era lo más turístico de estas villas. Me hubiese gustado que tuvieran un estilo definido porque algunos era un conglomerado en románico, gótico e incluso vi una catedral una parte neoclásica.
En la foto de arriba podéis ver la Catedral de León. Esta vez la foto es mía, no he recorrido a Google para poner una fotografía. No es la mejor del viaje pero es de las pocas que hay "tipo postal", en las que no sale nadie.
En la foto de arriba podéis ver la Catedral de León. Esta vez la foto es mía, no he recorrido a Google para poner una fotografía. No es la mejor del viaje pero es de las pocas que hay "tipo postal", en las que no sale nadie.
Allí las procesiones tienen una gran acogida. Había una que me llamó la atención por su austeridad. No había imágenes, sólo nazarenos portando unas antorchas seguido de un coro que cantaba canto gregoriano. Todo el mundo se encontraba en silencio viéndolo. Con que facilidad se calla la gente para estas cosas, y luego en otros lugares no hay forma de conseguir un mínimo de silencio.
De la Semana Santa no podemos olvidarnos de la repostería tradicional que se prepara en esta época. Huevos de pascua, rosquillas de aceite, torrijas… Cualquier momento es bueno para tomarse un dulce. Eso sí, sin pasarse que el verano está a la vuelta de la esquina.
¡Feliz vuelta al trabajo!
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