sábado, 19 de marzo de 2011

"LA AVERÍA" DE BLANCA PORTILLO


El pasado miércoles un amigo mío, Miguel, me brindó la oportunidad de asistir al preestreno de una obra de teatro en las Naves del Español, un complejo teatral vinculado al Teatro Español situado en el Centro de creación contemporánea Matadero Madrid. La función en cuestión se llamaba La avería y estaba dirigida por la insigne actriz Blanca Portillo, probablemente una de las mejores de nuestro país; y no lo digo yo, sólo hay que fijarse en su gran curriculum: La madrileña ha trabajado con grandes directores - entre ellos se encuentran Almodóvar, Milos Forman o Pilar Miró - además de haber cosechado numerosos premios tanto en cine (Concha de Plata en el Festival de San Sebastián y Palma de Oro en el Festival de Cannes) como en teatro - tres premios Max y otros tantos concedidos por la Unión de Actores. En definitiva, una gran actriz al que le ha tentado esto de la dirección.

La avería está basado en el cuento del escritor y dramaturgo suizo Friedrich Dürrenmatt y ha sido Fernando Sansegundo quién se ha encargado de adaptarlo a las tablas del teatro; según confiesa en el dossier de prensa de la obra, Sansegundo llegó a empatizar tanto con Dürrernmatt que sintió “los latidos del autor, flujos del autor, dudas del autor, ilusiones e incluso soberbia del autor”; además, considera un milagro que dos autores “construyamos en una misma dirección aun con dos pares de ojos distintos. Me he atrevido a sentarme en la silla de Dürrenmatt y me he puesto a escribir por primera vez, desde mi visión personal pero con él, lo que él escribió e inventó hace más de medio siglo”.
El texto nos cuenta la historia de un representante de una firma de textiles que se ve obligado a hospedarse en la casa de un venerable anciano debido a que su coche ha tenido una avería. El octogenario, que vive con una ama de llaves en una casa en mitad de la nada, no sólo decide no cobrarle por la habitación sino que también decide invitarle a cenar esa noche en compañía de unos amigos. Alfredo Traps no tiene más remedio que aceptar la invitación - aunque hubiese preferido irse a cenar fuera, pues no le interesaba pasar la noche con unos vejestorios - pero lo que parecía que iba a ser aburrido se torna en interesante cuando sus vetustos comensales le proponen jugar a un peligroso juego.

Según confiesa Blanca Portillo para una importante publicación de tirada nacional, el proceso de adaptación al teatro no fue largo; eso sí, no estuvo exento de dificultades. “El conflicto que plantea el original necesitaba un desarrollo para las tablas y Fernando Sansegundo ha hecho una versión con la que demuestra que tiene todas las cualidades de un gran autor teatral”, afirmó la directora. Intenso, intrigante, cómico y demoledor son las palabras con las que podrían definirse el libreto escrito por Sansegundo. Cada personaje está perfectamente definido y me parece genial que haya, en palabras de Portillo, un contrapunto femenino a los cinco personajes masculinos. Me pareció curioso que la directora justificara la presencia del personaje en la historia porque “no se puede vivir sin lo emocional”. A mi juicio, no es un personaje que aporte nada a la historia pero sí que la adereza y, como ya dijo ella, le da emoción.

A todo esto hay que añadir una puesta en escena espectacular, además de unas impresionantes interpretaciones de todo el elenco. Pero empecemos por lo primero; el escenario consta de dos partes: El comedor y un jardín, aunque no hay límites físicos entre ambos. El primero consta de varios sofás, una estantería enorme, las escaleras que conducen a las habitaciones, un aparador, etc. Luego está el jardín, en el que hay un arco de enredaderas y algunas rosas además de que el suelo sea de hierba (muy realista, a decir verdad). La iluminación está muy bien conseguida; las escenas nocturnas, por ejemplo, consiguen que te creas que es de noche pero sigues viendo la cara de los actores. Y qué decir del sonido: Los ruidos de los coches, los cánticos de los pájaros, etc. son muy realistas; además, el teatro tenía un equipo de sonido tan magistral que hacía que el sonido proviniera de diferentes altavoces de manera que diese la sensación de que el pájaro se moviera.

No nos podemos olvidar de las fantásticas interpretaciones que nos brinda el elenco que, por cierto, estuvo cuatro meses ensayando la función. “Con su generosidad, me han demostrado estar comprometidos con su profesión y que son el mejor reparto que hay ahora mismo en este país” - confiesa la directora del espectáculo. Estoy absolutamente de acuerdo con la directora de La avería; Daniel Grao, Emma Suárez, Fernando Soto, José Luis García-Pérez, Asier Etxeandía y José Luis Torrijo están entregadísimos a sus personajes.

Todos los personajes, excepto el de Alfredo Traps, se encuentran con lo que se denomina como tercera edad. Según esto, lo más lógico hubiera sido contar con actores de edad más avanzada, ¿no? Pero como en esta función no existe la lógica, los ancianos no actúan como tales sino que tienen una energía muy juvenil: Por ello, se ha dado el papel a actores (y actriz) más jóvenes que sus personajes. Para que esto fuera creíble, se recurrió a unos profesionales de la caracterización de cine que les diseñaron unas prótesis de silicona que no enmascaraban los gestos de los actores y a la vez los hacía irreconocibles.

No me gustó demasiado que los actores usaran micrófono (me gusta oír sus voces directamente, sin intermediarios) pero tengo que reconocer que era necesario porque el alguna ocasión se necesita darle un efecto a ésta y, quizás, porque la sala lo requería. El inicio de la función, por cierto, es un poco aburrido porque los personajes se dedican a cortar rosas o a limpiar las copas o beber vino en completo silencio y con las luces de la sala aún encendidas. Además, en alguna parte hacia la mitad el ritmo flaquea pero el del resto de la historia es fenomenal.

Así es La avería, la primera incursión de Blanca Portillo en la dirección. Estará desde el día 17 de marzo al 24 de abril en la sala 1 de las Naves del Español. La andadura que inició hace 17 años Blanca Portillo para llevar el cuento de Friedrich Dürrenmatt a las tablas de un teatro ha llegado a su fin. Ahora está a disposición del público, para que lo pueda disfrutar. Después de su estancia en dicha sala, continuará su gira por toda España: ¡De momento tienen concertadas representaciones hasta marzo del año que viene, y muchas de ellas se contrataron cuando sólo era un proyecto! Así que, en cuanto la obra llegue a tu ciudad: ¡No pierdas la oportunidad de verla!

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