viernes, 14 de agosto de 2009

ENEMIGOS PÚBLICOS





Ha sido definida por Manonhla Dargis, de The New York Times, como "una seria y bella obra de arte."Y no es para menos, pues la última película de Michael Mann, Enemigos Públicos, es una de las mejores películas del año.

Esta maravilla se ha conseguido gracias a unos buenos pilares bien asentados, que hacen que este gran edificio que es Enemigos Públicos se convierta en algo imprescindible de contemplar y analizar. Estos pilares son el guión, la dirección, los actores protagonistas, la ambientación y la música, sobre todo, la música. Estos son, basicamente, los elementos esenciales de una película.
Johnny Depp, protagonista del filme, interpreta a John Dillinger (sí, no te has equivocado, son tocayos) que, junto con sus "colaboradores" atacaron bancos durante la época de la Gran Depresión en los Estados Unidos de América. Por otro lado se encuentra Melvin Purvis, un agente federal que intentará por todos los medios atrapar a este hombre que ya se le ha escapado varias veces de las manos a la policía.
Muchos podemos identificarnos con el protagonista, aseguró el director de la película, "incluso yo". Y es cierto, incluso yo me he sentido tentado a ser como John Dillinger. Sí, es un malechor, pero esa forma de hacer las cosas es genial... Y quizás pudiera ser una de las razones por las que Johnny Depp aceptó el papel de la película.
Como había dicho antes, los actores protagonistas están soberbios en el filme. Por un lado está Johnny Depp, soberbio y fantástico en el papel del enemico público (como siempre). Sorprende un Christian Bale al que se va notando que tiene mas tablas en esto de la actuación, y ha mejorado sorprendentemente. Marion Cotillard está correcta en el filme, su interpretación de la amada de Dillinger es mejorable no solo a nivel de actuación si no también al nivel del guión: Es un personaje importante en la película, pero parece que la situaran siempre en un segundo plano, al servicio de John Dillinger.

La película está basada en el libro escrito por Brian Burrough titulado Public Enemies: America's Greatest Crime Wave and the Birth of the FBI, 1933-43. Al igual que el libro en el que se basa, la película cuenta la historia de John Dillinger y como Melvis Purvis planeaba acabar con su banda de atracadores de bancos en los años treinta.

Para relatar esta historia, se han ayudado de unos grandes decorados, de vestuarios que hacen que te metas en la época de lleno. Además, la película se acompaña de unas canciones de la época. Por otro lado, el director de fotografía optó por grabar algunas de las escenas con steady-cam, que dan una sensación de movimiento y acción poco vistos hasta ahora. Esto ha sido una gran idea, porque llevaba tiempo viendo que en las películas usaban siempre los mismos tipos de planos repetidos a lo largo del filme, en cambio en esta película hay muchos cambios de planos que agilizan el curso de la acción y te acercan al personaje. ¡Bravo por Dante Spinotti!
Por último destaca la música, una fantástica obra de arte que conjunta con la película y con la trama perfectamente. Elliot Goldenthal ha compuesto una banda sonora vibrante, tensa y genial.
Solo me queda decir que vayáis a verla. No es mi película favorita de este año, pero a pesar de que el tema no me interesaba demasiado la película me ha gustado, me ha entretenido y no se me ha hecho larga (a pesar de que mi mirada se iba constantemente al reloj). Es una auténtica joya en bruto: Está bien hilada, los personajes son fantásticos y te sorprenderá. ¡Vaya a verla!

1 comentario:

Miguel dijo...

Yo también miraba incesantemente al reloj la última media hora, el montador se debió quedar dormido. A ver, la película no está mal, Johnny se esfuerza y lo consigue, Christian no tanto; creo que deberían haber explotado más su duelo interpretativo. Marion está impresionante, es el motor del argumento desde que aparece. Me encanta ese toque chic que le dan a los robos, sin olvidar del riesgo. Michael Mann sabe rozar muy bien el deilto sin justificarlo, sólo admirando su perfección. Eso sí, el tercer atraco ya cansa, y al principio el movimiento de cámaras también. Totalmente de acuerdo en la música, Diana Krall hace una versíón magnífica de "Bye Bye Blackbird", y se nota que no es algo accesorio, hasta Johnny canta. Muy muy recomendable para pasar dos horas entretenidas.