El cine español está cambiando, y para bien. Hasta hace unos años, cuando emitían por televisión, o proyectaban en el cine unas secuencias de una película española que aparecieran muchos tacos y escenas de sexo. Ahora, eso ha cambiado. Los tacos ya son poco habituales en las cintas españolas, y el sexo no es tan explícito. Y lo que hay, al fin y al cabo, no es prescindible.
Esa es la sensación que tuve al ver "Los Girasoles ciegos". Una atmósfera muy bien cuidada, unas interpretaciones adecuadas, y un perfecto guión firmado por el fallecido Rafael Azcona.
Lo mejor de la cinta es, sin duda, las intepretaciones y el guión. Por que sin guión, los actores no podrían interpretar y viceversa. Maribel Verdú está expléndida (como siempre), algo delgada debido a su personaje. Javier Cámara está enorme, una interpretación que bien le vale un Goya. Roger Príncep sigue en su línea tras "El Orfanato". Es de los pocos niños que tienen un gran talento para la interpretación a estas edades tan cortas. Pienso que hay directores de casting que son estúpidos, porque fíjate en el cast de "Los Girasoles Ciegos" y luego fíjate en el de "Yo soy Bea". Luis Sannarciso, el director de cásting de la película, ha hecho un gran trabajo. Siempre aparece en los créditos de las películas españolas buenas, por algo será.
El personaje que más me ha impresionado pero, por el contrario, menos me ha gustado sus escenas es el de Salvador (el diácono). Es un hombre arrepentido, pero que no puede dejar de recaer. Como un fumador, vamos. Pero con una causa mas profunda, por su puesto. Raúl Arévalo hace un trabajo incréible. Te deja pegado al asiento mientras descubres toda su persona. Pero, como ya he citado antes, es un personaje que no me atrae demasiado.
Para ser una película cuyo argumento discurre durante los primeros años del franquismo (aunque, tranquilos, tratan el tema como debe de tratarse) me ha gustado mucho. Aunque el último cuarto de hora se me hizo un poco lento.
Esa es la sensación que tuve al ver "Los Girasoles ciegos". Una atmósfera muy bien cuidada, unas interpretaciones adecuadas, y un perfecto guión firmado por el fallecido Rafael Azcona.
Lo mejor de la cinta es, sin duda, las intepretaciones y el guión. Por que sin guión, los actores no podrían interpretar y viceversa. Maribel Verdú está expléndida (como siempre), algo delgada debido a su personaje. Javier Cámara está enorme, una interpretación que bien le vale un Goya. Roger Príncep sigue en su línea tras "El Orfanato". Es de los pocos niños que tienen un gran talento para la interpretación a estas edades tan cortas. Pienso que hay directores de casting que son estúpidos, porque fíjate en el cast de "Los Girasoles Ciegos" y luego fíjate en el de "Yo soy Bea". Luis Sannarciso, el director de cásting de la película, ha hecho un gran trabajo. Siempre aparece en los créditos de las películas españolas buenas, por algo será.
El personaje que más me ha impresionado pero, por el contrario, menos me ha gustado sus escenas es el de Salvador (el diácono). Es un hombre arrepentido, pero que no puede dejar de recaer. Como un fumador, vamos. Pero con una causa mas profunda, por su puesto. Raúl Arévalo hace un trabajo incréible. Te deja pegado al asiento mientras descubres toda su persona. Pero, como ya he citado antes, es un personaje que no me atrae demasiado.
Para ser una película cuyo argumento discurre durante los primeros años del franquismo (aunque, tranquilos, tratan el tema como debe de tratarse) me ha gustado mucho. Aunque el último cuarto de hora se me hizo un poco lento.
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